

Andrés Magai Seibt es fotógrafo, periodista y aventurero. Miembro español del SanDisk Extreme Team, un grupo de élite de fotógrafos profesionales seleccionados por su particular visión del mundo que les rodea. Así mismo es Olympus Visionary, embajador de fabricante japonés de cámaras fotográficas en España.
Gran aficionado al mundo de la aviación, destacan sus fotografías relacionadas con el mundo de los globos aerostáticos y los aviones, especialmente las Fotografías Nocturnas de aviones. Tiene cerca de 50.000 fotografías de aviones y globos.
En esta segunda edición de los Premios AAMA ha aceptado formar parte del jurado del Premio Ángel Negrón de fotografía aeronáutica.
Nos entrevistamos con él para conocer mejor su proyecto de fotografías nocturnas de aviones, así como otros aspectos de su afición y trabajo en torno a la fotografía aeronáutica.
¿Cómo nace su afición por la fotografía aeronáutica?
Mi afición por los aviones viene de lejos; de hecho, quise ser piloto, pero no me admitieron por la vista.
Cuando comencé mi trabajo como fotógrafo y periodista me centré mucho en el mundo de los viajes, pero no dejé nunca de lado mi afición por los aviones, por lo que también dediqué parte de mi actividad a este campo: colaboré con la revista “Aviación deportiva y comercial”, y durante años estuve tomando imágenes en el “Festival del Cel” que se celebraba durante las Fiestas de la Mercé en Barcelona y ahora en las playas de Mataró, lo mismo que en algunos festivales de Red Bull, incluso subido en uno de los aviones que participaban, momento que recuerdo de manera especial.
¿Cómo nació la idea de la fotografía nocturna de aviones?
Empezó en Sabadell, en la Fundació Parc Aeronáutic de Catalunya, que viene a ser como la FIO. En colaboración con el fotógrafo catalán Toni Tejón, hicimos un calendario para la PAC con los aviones de su colección. Posteriormente fotografiamos a tres Mig de noche, de un coleccionista de Lleida. Todo esto implica que te concedan permisos para estar en las instalaciones cuando han cerrado al público, permisos en los aeropuertos, y de las autoridades pertinentes. Aquel fue el germen del proyecto que llevo ahora sobre fotos nocturnas de aviones.
¿Resulta muy difícil hacer este tipo de fotografías?
Cuando la gente ve mis fotografías nocturnas suelen ocurrir dos cosas. La primera es la sorpresa por el resultado final, y la segunda es preguntar cómo lo he conseguido.
Lo cierto es que requiere mucha preparación: visitar las instalaciones, saber que luces hay y como evitarlas, conocer el cielo, saber si queremos luna o no, y después conocer el avión, saber qué quieres transmitir, decidir el mejor encuadre…, y con todo eso comienza lo que es la fotografía en sí.
Iluminamos el avión con linternas, con lo que se requieren un mínimo de dos personas para el trabajo; las linternas permiten un mejor control de la luz, y usamos flashes con geles de diferentes colores, según como queramos iluminar. Las actuales cámaras digitales facilitan el poder realizar estas fotografías, que requieren entre tres y cuatro minutos de exposición, lo que se nota por el rastro que dejan las estrellas en la imagen.

La mayor dificultad es encontrar un lugar con aviones en el que haya poca luz. Como ejemplo, desde el aeródromo de Casarrubios, en Toledo, se puede ver el reflejo de las luces de Madrid. En este sentido, también ayuda que el cielo esté despejado, puesto que las nubes actúan de espejo y aumentan esta contaminación lumínica. Me encantaría poder hacer una fotografía aviones con la Vía Láctea de fondo, pero resulta complicado por lo dicho anteriormente.
¿Qué objetivos tiene al realizar esta serie de fotografías?
Primero, dar a conocer el importante patrimonio aeronáutico que existe en España, pero de una manera diferente…
Y también, algo que envidio de otros países, especialmente Inglaterra o Estados Unidos, es la gran cultura aeronáutica que tienen, con una masiva afluencia a los festivales que allí tienen lugar y las numerosas publicaciones aeronáuticas.
Así, me gustaría ayudar a contribuir a crear esa cultura aeronáutica, y creo que esta serie de fotografías puede ser un buen aporte para crearla. Incluso me gustaría conseguir un lugar donde realizar talleres, donde enseñar a hacer fotos nocturnas.
¿Qué proyectos tiene, en relación con el mundo de la fotografía aeronáutica?
A medio plazo, una serie de fotografías en colaboración con la FIO, con la Patrulla Jac52, también me gustaría hacerlo con alguno de los aviones del Museo. También tengo en proyecto un trabajo en las Baleares.
A largo plazo, recopilar todo el trabajo que he realizado con fotografías nocturnas y publicar una serie de reportajes y artículos, exposiciones y finalmente publicar un libro.
¿Cuál es su fotografía soñada?
Lo cierto es que tengo unas cuantas: una nocturna de un Buchón, de alguno de los “clásicos”, poder fotografiar al SR-71 de noche, volver a ver y fotografiar al Phantom en vuelo, fotografiar al Dragon Rapide en exteriores, hay tantas fotografías por hacer…
¿Y de qué fotografía está más orgulloso?
Resulta difícil elegir entre todas las que he hecho, pero si me gustan mucho las fotografías que tomé para el calendario de la PAC. También siento especial satisfacción por las que tomé de los Yak 52 en Casarrubios.
Finalmente, ¿qué consejos da a los que quieran hacer buenas fotografías aeronáuticas?
Para comenzar pienso que hay que tener claro que las cámaras son herramientas y no son tan importantes como el toque personal que le demos a la fotografía al hacerla. En este sentido, una fotografía puede ser excelente a nivel técnico pero no transmitir nada, no provocar ese “algo” en quien ve la foto, que es el punto esencial de la fotografía como arte.
Lo primero es informarse muy bien: por donde sale o se pone el Sol, si habrá luna y en qué posición estará a la hora que hagamos la fotografía, si habrá un cielo despejado o nublado, qué aviones queremos fotografiar, su historia, documentarnos bien sobre ellos y buscar diferenciarnos de lo hecho hasta el momento. Se trata de “leer para aprender”.
Un segundo paso puede ser preguntar en las redes sociales. Los fotógrafos estamos en constante comunicación y compartimos conocimientos, enfoques, trucos, novedades… Puede ser un buen punto de inspiración para nuestro trabajo. Se trata de aprender de los demás para mejorar en nuestro trabajo o afición.
Y no podemos olvidarnos de pedir los permisos pertinentes, especialmente si queremos hacer algún trabajo en alguna zona considerada “sensible”, o en un momento que no es el habitual.
No podemos menos que agradecer a Andrés su amabilidad, lo mismo que su colaboración como jurado del premio “Ángel Negrón” de fotografía aeronáutica.
Os invitamos a visitar su página web, en la que podréis conocerle mejor a él y ver su trabajo, que destaca no solo en el campo de la aviación.