LA AVIÓNICA DEL STARFIGHTER

Todos los diseños de Lockheed han sido, de una manera u otra, los más avanzados de su época. EL P-38 fue el primer avión de combate en experimentar los fenómenos de la compresibilidad, gracias a su aerodinámica y la potencia proporcionada por sus dos motores de hélice. Creó el primer avión a reacción operativo estadounidenses, el P-80, que combinaba un ala de flujo laminar con un motor a reacción centrífugo y que batió varios records. El Starfighter, concebido por Kelly Johnson, además de su aerodinámica y turborreactor, incorporó desde su diseño una increíble cantidad de electrónica.
El F-104 Starfighter fue el primer avión de combate que utilizó un sistema de navegación por inercial, concretamente, el Litton LN-3, basado en tres acelerómetros, dos giróscopos y cardanes, que permitía al piloto calcular la velocidad y distancia de la aeronave gracias a los acelerómetros, suprimir o corregir los errores de navegación y mostrar todo ese conjunto de datos, de forma sintetizada, al piloto, a través del PHI (Position and Homing System) en cabina, pudiendo almacenar hasta 12 puntos de referencia o waypoints. Además suministra esta información al radar NASARR y al piloto automático.
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Cabina del F-104 (By AlfvanBeem (Own work) [CC0], via Wikimedia Commons)

El radar monopulso NASARR era otra maravilla tecnológica, de nuevo un salto adelante con respecto a los sistemas de control de búsqueda y seguimiento de la época. Se trataba de un radar multimodo, con capacidad de búsqueda aire-aire y de modos aire-suelo, entre los que destacaba un primitivo modo de cartografía del terreno, así como el modo terrain avoidance, que permitía evitar los obstáculos durante un perfil bajo. En cuanto a los modos aire-aire, si el piloto enganchaba a un objetivo, pasaba al modo de funcionamiento de onda continua, modo que también se emplea para el bombardeo de objetivos aire-suelo (con este modo y la tecnología de 1950-1960, se aseguraba el continuo seguimiento del objetivo único). La información del radar se mostraba al piloto en cabina, en la pantalla radar situada en el pedestal. En definitiva y sin entrar en densos detalles técnicos ni de funcionamiento, un radar altamente automatizado para una época en la que se comenzaba a estandarizar en los aviones de combate una tripulación, compuesta por un piloto y por un oficial de armas, este último encargado del manejo de los sistemas de búsqueda y adquisición del avión.

El sistema de piloto automático, el MH-97G, funciona en los tres ejes del avión (llamados, en este caso y en términos electrónicos, canales), obteniendo sus datos tanto del inercial como del PHI (ambos sistemas obtienen sus lecturas uno del otro, una especie de primitivo sistema redundante que en su conjunto se complementa mutuamente). El piloto se desconecta o bien mediante el interruptor correspondiente o ejerciendo una determinada fuerza en la palanca de control.
Mención al sistema shacker-kicker. Este sistema funcionaba de la siguiente manera: cuando el sensor de ángulo de ataque detectaba que se había alcanzado un valor critico y que la entrada en pérdida estaba cerca, comenzaba a vibrar la palanca de control (shacker). Si la entrada en pérdida era inminente, el kicker empujaba hacia delante tanto la palanca de control como los elevadores. Este sistema formaba parte del SACS (Stability Augmentation Control System), que a su vez actuaba de forma conjunta con el piloto automático (no obstante, siempre se podía pasar por alto el sistema de protección tirando de la palanca). Como curiosidad, el equipo se probaba durante la prevuelo: el personal de tierra actuaba sobre el sensor de ángulo de ataque y comprobaba tanto que hacía vibrar la palanca como que la empujaba hacia delante.
Finalmente, el Starfighter se complementaba con un sistema de radionavegación basado en el TACAN, con un sistema de identificación amigo-enemigo IFF/SIF (Identification Friend or Foe) multimodo, similar a los de hoy en día.
Valorando el Starfighter en su conjunto, es obvio que fue uno de los aviones más avanzados de su tiempo: su aerodinámica, combinada con un turborreactor que hoy en día sigue en servicio en diferentes variantes, así como el nivel y complejidad de la electrónica de la que hizo gala, fueron un paso más hacia los conceptos y sistemas que hoy en día nos son tan comunes, como los empleados en el F-18 y en el reciente Eurofighter

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